La respuesta es no. Un tatuaje es un tratamiento definitivo. La micropigmentación se realiza con un dermógrafo. Es un aparato similar a una máquina de tatuar, pero con menos potencia o fuerza de penetración.
La micropigmentación es semipermanente. Se realiza a un nivel más superficial en la piel, por eso son necesarios los retoques. Al estar a menos profundidad, el proceso de regeneración de la piel hace que el trabajo se vaya difuminando pasado un tiempo. Esto asegura además que los colores utilizados se vean y mantengan más fieles y no volviéndose azulados.
Es una ventaja, ya que los rasgos cambian con la edad y las formas y colores hay que ir adaptándolos a las necesidades en cada momento.
Cada persona y zona es diferente. Hay personas que manifiestan no sentir nada pero lo habitual es sentir molestia, perfectamente soportable.
Dependiendo de la zona y la técnica elegida, el tiempo de la sesión puede variar y durar entre 2 y 4 horas.
Por supuesto. Antes de comenzar con el tratamiento, realizaremos el diseño del tratamiento elegido. Podrás ver como se verá antes de empezar. No comenzaremos la micropigmentación hasta que no sea de tu agrado.
La duración será variable en función de la piel de la persona y la técnica realizada, pero oscila entre 1 y 4 años.
En la mayoría de los casos es necesario un retoque para reforzar el color, forma o ajustar pequeños detalles. En ocasiones en función de la piel o el efecto deseado, serán necesarios retoques adicionales.
El color que se va a poner es un consenso entre el efecto deseado y la recomendación del profesional. Os asesoraremos sobre el tono ideal en función de la piel y acabado.